domingo, 8 de mayo de 2011

Entrevista a la escritora cubano-puertoriqueña Mayra Montero
Por: Rachell E. López Ortiz
Publicada en la pagina web de cultura puertoriqueña KooltourActiva.

Veintitrés y una tortuga (Alfaguara, 1981), colección de cuentos a la que siguió la novela La trenza de la hermosa luna (1987), editada en España, fueron las obras que marcaron la aparición de Mayra Montero Tabares en el mundo literario, luego de haberse establecido como periodista. Sin embargo, vendría a ser cuatro años más tarde cuando su nombre como escritora cobró verdadera trascendencia a nivel internacional, siendo otra novela, La última noche que pasé contigo (Editorial Tusquets, Barcelona, 1991), el acierto que la colocó en la ruta que han caminado los grandes de las letras en nuestro idioma. Aquel trabajo resultó finalista en el XIII Certamen de Novela La Sonrisa Vertical.

 Casi simultáneamente, la misma editorial le sacó a la luz Del rojo de su sombra (1991) y, cuatro años más tarde, Tú y la obscuridad (1995) que, además de la aclamación de la crítica, la haría acreedora al Premio Liberaturpreis en 1998. En el 2000, el naciente milenio sí le brindó La Sonrisa Vertical a la que había aspirado una década antes, esta vez con la erótica Púrpura profundo.
Mayra, cubano-boricua nacida en La Habana, en 1952, vino a radicar a Puerto Rico con sus padres, el muy destacado humorista Manuel Montero Ojea «Membrillo» (1926-1994) y Olga Tabares, más su hermana Maritza, en 1972. Aquí empezó su trayectoria periodística como reportera de la revista farandulera Estrellas, que editaba Hugo Del Cañal. Más adelante, laboró para otras publicaciones, especialmente el periódico El Nuevo Día, para el que realizó entrevistas y escribió columnas y reseñas sobre el mundo del espectáculo, muchas de las cuales incluyó en la recopilación Aguaceros dispersos (Tusquets, 1996). En el suplemento dominical de este mismo rotativo mantiene, desde 2001, la columna Antes de que llegue el lunes.
Representando a nuestro País, hace un año tuvo destacada participación en el Primer Festival de la Palabra concebido por Mayra Santos-Febres, evento que, sin bien fue objeto de altos elogios, no se libró de críticas menos halagadoras o, más bien, de inquietudes que transcurren desde el aspecto político hasta el corte élite que no pocos le atribuyeron. Con esta talentosa escritora tuvimos oportunidad de conversar.

- ¿Cuándo te vínculaste formalmente a la Literatura?

Mis inquietudes como escritora me afloraron cuando era una niña. Para entonces, en Cuba, que fue donde me crié, había una gran efervescencia literaria. A principios de la década de los 60 la televisión todavía estaba en pañales y la radio se escuchaba muchísimo. Las radionovelas, por ejemplo, me marcaron de una manera importante. Cuando tenía trece años, ya escribía cuentos cortos que leían mis amigos y compañeros del colegio.

- ¿Cuál fue la primera lectura o autor que te marcó?

“El primer género que me gustó fue el cuento. Los de Edgar Allan Poe y Horacio Quiroga me parecieron tan geniales que todavía los leo. También leía las novelas de Corín Tellado, aunque me causaban un gran dilema. Muchas personas me decían que sus historias eran literatura barata y mala. Yo las disfrutaba en secreto, a pesar de que atormentaba el hecho de que me gustaran. No podía discernir por qué razón decían que eran «tan malas» si a mí me parecían tan buenas”.

- ¿Hasta qué punto influyó tu padre, el famoso «Membrillo» de nuestra televisión, tan recordado como el simpático y presumido cubanazo «Ñico Fernández» de Los suegros en WAPA TV?

“De él recibí toda la influencia del mundo. Pero, es ahora que lo reconozco. Tal vez demasiado tarde. Imagino que su sentido del humor y su constancia al escribir fueron cosas que heredé y que me marcaron desde que era niña”.

                                             Novela Son de Almendra. Editada por Alfaguara

- Has sido capaz de compaginar, muy acertadamente, la Literatura y el Periodismo. ¿Por cuál disciplina sientes mayor inclinación?

“Para mí, ambas son literatura. Una con ficción y otra que casi no tiene ficción, que es el periodismo. Y digo ‘casi’, porque creo que en todas las notas periodísticas, aún en las más áridas, hay ramalazos de imaginación y gotitas de ficción que se le escapan a los autores, aunque ellos no se den cuenta o no quieran darse cuenta”.

 Tenemos entendido que gran parte de tu tiempo lo pasas en España. ¿Cómo te mantienes al tanto del acontecer político y social de Puerto Rico, que es tu segunda patria?

“¡Nooo, qué va! Paso todo el tiempo aquí. Estoy casada con un español y vamos a España dos veces al año. En verano, a Calzada de la Sierra, un pueblo de la Sierra Morena de donde es oriunda su familia, porque anualmente allí se celebra un certamen de Poesía que lleva el nombre de mi suegra. El galardón es concedido por la propia familia y es modesto: mil euros para cada uno de los dos ganadores. Pero, yo llevo el premio mejor para ellos: una piña y un paquete de café de Puerto Rico. Allá pasamos varios días. Pero, como te digo, casi siempre estoy aquí. Lo que pasa es que me encierro mucho”.

- Tu columna Antes de que llegue el lunes es comentada en secciones fijas de programas emitidos por WSKN 1320 / Radio Isla, WIAC AM / Boricua 740 y WKAQ 580 AM / Univisión Radio. ¿Eres conciente de su impacto?

“Fíjate, no sabía que se comentaran en secciones fijas. Yo escucho las emisoras y he oído que han comentado mi columna en esas y otras estaciones. Pero, ignoraba que lo hicieran con tanta regularidad. Pues, mira, trato de ser lo más incisiva posible. Y entonces me he acostumbrado a un tono en particular, a los temas fuertes… A tal punto que, después de haberla visto impresa, una de mis columnas, la titulada «2014», me pareció una bobada. Todavía me estoy torturando con eso. De todos modos, siento una gran satisfacción escribiendo esa columna. ¡Es un gran dasahogo!”

- Tu obra literaria tiene gran contenido social, ficción y, sobre todo, mucho erotismo: La última noche que pasé contigo, Tú y la obscuridad, Como un mensajero tuyoAlgo premeditado o ¿qué nos dices?

“Bueno… sólo dos de mis novelas se inscriben dentro del género erótico: La última noche que pasé contigo y Púrpura profundo. Y a veces pienso que es un poco injusto, porque hay otros libros, de otros autores, que tienen más o menos la misma dosis de contenido erórico y no han sido encasillados como literatura erótica. En ambos casos, por supuesto, el erotismo ha sido premeditado. Todo es premeditado en los libros: el erotismo, el misterio, el amor… todo”.

                                Son de Almendra. Editada por la editorial cubana Gente Nueva


- En términos de contenido e industria, ¿qué opinión te merece la situación de la literatura caribeña actual, particularmente en los casos de Puerto Rixco y Cuba?

“Hoy día, en todas partes es difícil. Cada vez se lee menos. Es una realidad que tenemos que enfrentar. Cada vez tenemos menos librerías y la vida útil de los libros, de las novelas, por ejemplo, se reduce. Eso es bastante triste. Sacas una novela hoy y, a las dos semanas, ya te desbancan porque aparecen 20 nuevas. Y eso no quiere decir que dichas obras tengan suficiente calidad. Pero, el mercadeo hace milagros”.

- Eres de la generación de Ana Lydia Vega, Rosario Ferré, Luis Rafael Sánchez… ¿Qué nos puedes decir sobre la nueva cepa de escritores boricuas?

“Hay voces prometedoras. Lo he notado cuando he participado como jurado en el concurso de cuentos de El Nuevo Día. Lo que hace falta es constancia. Que sigan escribiendo con método y disciplina”.

- La mezcla de influencias cubana y puertorriqueña debe haber marcado tanto tu persona como tu obra. Sabemos que eres mujer de posturas claras. ¿Qué te parece la situación del Puerto Rico actual y la opinión internacional sobre imágenes como la huelga en la Universidad de Puerto Rico? ¿Cómo nos impacta? Lo mismo te preguntamos sobre Cuba.

“Sobre esa huelga voy a escribir muy pronto. Como a casi todo el mundo, me parece horrible la postura de la Administración de la Universidad de Puerto Rico. Tengo que pensar que existe un plan preconcebido para destruirla. De lo contrario, no se entienden los movimientos que están haciendo. En cuanto a Cuba, su destino tiene que decidirse dentro de la Isla, con los que están allá y, luego, sumar a las voces del Exilio. Las que quieran participar de su liberación sin odios ni resentimientos”.

- ¿Siempre han sido compatibles la Literatura y la política?

“¡Claro que sí! La Literatura es política”.

- ¿Cuál es tu nuevo proyecto?

“Otra novela. La estoy terminando”.

Además de las obras antes mencionadas en esta entrevista, Mayra Montero es autora del libro de cuentos Dorso de diamante (Editorial Tusquets, 1999); la novela El capitán de los dormidos (2002); Vana ilusión (Ediciones Callejón, 2003) – memorias noveladas del insigne pianista y compositor Narciso Figueroa Sanabia (1906-2004) – y Son de almendra (Alfaguara, 2006).

El viernes 19 de noviembre de 2010, durante la celebración del Cuarto Congreso Internacional de Escritura, Individual y Sociedad en España y Las Américas celebrado en el Recinto de Arecibo de la Universidad de Puerto Rico, le fue conferido un Doctorado Honoris Causa letras Humanas, distinción de la que también fueron objeto la española Rosa Montero y la mexicana Elena Poniatowska.

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