miércoles, 18 de mayo de 2011

The Road, esperando un futuro mejor.


                      La novela                                                                 La pelicula


Al ver esta pelicula recorde un frase disparatada y multiplicada por los medios, de George W. Bush:  El futuro sera mejor mañana.
                              
Critica de www.notasdecine.es

The Road (La carretera) no es un film de acción, ni de aventuras, ni de terror, aunque tenga elementos de todo ello. Tampoco es un drama al uso: la relación padre-hijo que nos dibuja el film de John Hillcoat, basado en la novela de Cormac McCarthy, es tan apasionante, emotiva y auténtica que trasciende géneros y filosofías. Y es que, al igual que el mundo de los protagonistas, cuando todo se deshace sólo hay lugar para lo básico e importante.
Porque el film posee elementos de cada género mencionado más arriba, que cuando aparecen, lo hacen con intensidad. The Road (La carretera) es un drama que, por un lado, posee una dimensión épica tanto en lo visual –aunque no presuma de ello- como, sobre todo, en lo íntimo, que ocupa la mayoría de su metraje. La relación entre padre e hijo que vertebra la película lo hace de manera tan clara, que ésta no necesita de un hilo conductor o una trama fuerte más allá de ella: las diferentes escenas, que oscilan entre lo anecdótico y lo terrorífico, parecen realmente insertas en un conjunto con una finalidad expresiva clara, más allá de que huya o no de los estereotipos del cine de aventuras apocalípticas, o del puro y duro terror, dependiendo de cada una de ellas. Es la prueba del triunfo de film de Hillcoat, que supera así el primer escollo de cara a adaptar de forma positiva la novela de McCarthy.
The Road (La carretera) es, además, un film muy bien ajustado en cuanto a duración y estilo. La fotografía del español Aguirresarobe es destacable, y no porque toque mencionarlo. Pero quien se lleva la palma es Viggo Mortensen, que entrega una interpretación sosegada y trágica, absolutamente capaz de colmar todas las expectativas. Su química con el niño Kodi Smit-McPhee, su hijo en la ficción, es sólida y hace creíble un film que podía haber sido prolijo, frío o demasiado falso.
Así pues, The Road (La carretera) es un film turbio y desesperanzado hasta la extenuación, pero tiene la mágica ambigüedad de que será recordado, precisamente (y estoy seguro de que va a ser recordado, a diferencia de Precious o incluso la entretenidísima Avatar) por iluminar los mejores recovecos del alma humana. Hillcoat se beneficia de las numerosísimas ambigüedades del argumento pergreñado por McCarthy y se dedica a dar entidad y vida a los dos personajes principales, a cultivar la relación maestro-pupilo entre ambos e invertirla con elegancia en su último tercio
Con unos quince minutos finales simplemente magníficos, el film de John Hillcoat se sitúa como lo mejor del año, tanto del pasado como del presente, que apenas ha comenzado. Un drama sencillo y épico de enorme calado sensorial y sentimental, un relato que navega entre la memoria de lo que nunca más será y el futuro más desesperanzado, y capaz de extraer, sin embargo, lo más positivo de ambos. Casi un prodigio.

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