lunes, 27 de junio de 2011

Carritos en Santo Domingo

Competidor reparando su auto



 Tomado de Razine.com


Santo Domingo, Republica Dominicana. -Aunque para muchos sea algo nuevo en nuestro país desde hace más de 20 años se realizan carreras de autos a radio control, hobbie por el cual se fundó ADOCARC, Asociación Dominicana de Corredores de Carros a Radio Control organismo que rige dicho deporte.
Al día de hoy dicha asociación cuenta con 45 miembros activos los cuales compiten entre sí cada año desarrollando campeonatos puntuables  entre las diferentes categorías, Para este 2011 competirán 5 categorías 1/10 formula, 1/10 Pan Car, 1/10 nitro, 1/8 nitro, 1/5 gasolina, para un total de 40 autos aproximadamente.

Vista de la pista, al fondo se ve la caseta desde donde se controlan los autos


Las instalaciones de ADOCARC están ubicadas dentro de la Feria Ganadera en la autopista 30 de Mayo, donde podrán apreciar una pista con estándares internacionales que cuenta con pendientes, peraltes y curvas cerradas así como una recta donde los autos llegan a desarrollar hasta 100 Km/H.
Para los que no conocen de este mal llamado “hobbie” y escribo mal llamado porque en lo que a mí respecta es un deporte a menor escala ya que el compromiso y la entrega es igual que en cualquier otra modalidad, si quieres ganar debes dedicarle tiempo, la mayoría de las personas inician con un carro usado de bajo costo que puede rondar desde los RD$7,000.00 aproximadamente, en caso de que la persona quiera uno nuevo andará por el orden de los RD$12,000.00 siempre hay gente de la asociación vendiendo y comprando es decir que es muy fácil comprar un auto.

Una curva peligrosa


Una de las cosas que más se disfrutan es que es una actividad para personas de todas las edades hay niños desde los 6 a 7 años de edad hasta señores de 60 años y por demás es un ambiente familiar pero muy competitivo ya que a todos les gusta correr y ganar, la ventaja de esta modalidad es que no se toman los riesgos que toma un piloto en un auto a escala y que los costos son proporcional a la escala.


Link: http://www.youtube.com/watch?v=NHt34FBqbX8&feature=related

domingo, 26 de junio de 2011

El tiempo de La Habana

Ejemplares como este se pueden comprar  a relojeros callejeros de la Calle Obispo por precios que van de 100 a 200 dolares.


Tomado de Opus Habana


    Cuervo y Sobrinos era la única empresa importadora en Cuba de las afamadas marcas de relojes Roskopf y Longines. Tenía además un amplio surtido de yugos, sortijas, llaveros, presillas para corbatas y billetes... entre otros objetos.
    Gracias al Libro de Oro Hispano-Americano (Volumen I-Edición de lujo), editado en 1917, es posible conocer sobre los orígenes de la joyería Cuervo y Sobrinos, ya para entonces «una de las empresas de su orden más acreditadas de toda la Isla y de las que dirigen el negocio con mayor competencia y acierto (...)», según esa publicación. Y agregaba: «Es también una de las entidades mercantiles más sólidas de Cuba».


Tienda Cuervo y Sobrinos en la Calle San Rafael en la decada de los 50

Dirigida por don Armando F. Río y Cuervo, la firma había sido fundada alrededor de 1885 por su tío don Ramón, quien contó desde un inicio con la competencia y laboriosidad de aquél, así como con la de sus otros dos sobrinos: don Plácido y don Lisardo, hermanos del primero. Pero fue don Armando —a juzgar por el escrito—, quien llegó a «convertirla en uno de los más grandes orgullos mercantiles de la ciudad de la Habana».
    Nacido en 1862 en Quinzales, del concejo de Pravia, en la provincia de Oviedo, el futuro comerciante se había educado en un colegio de la Bayona francesa, de donde embarcaría rumbo a Cuba. Trabajaría como empleado en una joyería e incluso se trasladaría a México por pocos meses, hasta que su tío don Ramón —quien acababa de establecer un almacén de joyas— le solicitó sus conocimientos de ese negocio, ofreciéndole participación en la empresa.
    Don Armando pasó entonces a Alemania como comprador y, al poco tiempo, establecía en Pforzheim, en el Gran Ducado de Badem, una sucursal de la casa habanera, y más tarde organizaba otra sucursal en París, que —en el momento de ser publicada la reseña en el Libro de Oro— se encontraba establecida en la rue Mezlay. A partir de entonces, «tanto la casa principal como estas dos sucursales han alcanzado un gran crédito y el más firme prestigio comercial. Don Armando Río y Cuervo es en la actualidad primer vicepresidente del Casino Español de la Habana», afirmaba la misma fuente.
    En aquel momento —añadía—, los principales negocios de la empresa eran «el de pedrería fina, el de joyería en general y el de relojería, representando en este último comercio las grandes marcas Longines y Roskopff. El capital social es de 400.000 pesos, capital que la empresa casi cubre anualmente, pues por término medio ascienden sus ventas a 360.000. El mercado de la casa principal no se reduce solamente a Cuba, sino que se extiende por todo Centroamérica (...)»
    Por otra publicación del año 1917, «Libro Azul» de Cuba, se sabe que entonces Cuervo y Sobrinos tenía instalado sus almacenes y despacho en la calle de la Muralla, número 37-1/2 (altos). «Directamente importan de los Estados Unidos y de Europa (...) y la gran especialidad de esta casa, que conoce toda la Capital muy ventajosamente, son, sin disputa alguna, la venta exclusiva que tienen de los relojes», aseguraba esta suerte de catálogo anual de entidades comerciales.
    Tanto en uno como en otro libro, acompañando los textos, aparecen imágenes de los socios y empleados de la firma, así como de sus oficinas y salones de muestras. Años después, Cuervo y Sobrinos mantendrá su presencia en revistas y otras publicaciones mediante anuncios que destacan —sobre todo— su compromiso con el arte de la relojería. Así, al dirigirse a sus potenciales clientes, solían asegurarles que «la joya creada para usted, será el más fiel exponente de su personalidad. Haga resaltar su belleza con joyas artísticas». Por posteriores anuncios —cuyo diseño hace presumible que fueran emitidos ya a partir de los años 30 del siglo XX—, sabemos que la Casa Cuervo y Sobrinos se trasladó hacia San Rafael y Águila.

Exterior Actual del antiguo edificio de la tienda, ubicada en Centro Habana, zona paradojicamente centrica y marginal de la ciudad de La Habana.

Situado en las proximidades del llamado boulevard de San Rafael, que hasta hoy mantiene su carácter comercial, ese local todavía existe, y en su interior —aunque deteriorados por el tiempo y la desidia— pueden apreciarse el enmaderado, un viejo reloj y la bóveda de antaño.

    Y a pesar de que desapareció el letrero que —colocado en lo alto de la fachada exterior, perpendicularmente a la vía peatonal— servía para avisar al transeúnte en la lejanía sobre la presencia de la firma (ver contraportada de esta revista), la marca Cuervo y Sobrinos se conserva en la memoria de muchos habaneros.
Actualmente acoge un mercado de pulgas donde se vende ropa de segunda mano, al fondo se ven , surrealistas, las bovedas y los relojes Longines.

Con el slogan de «los joyeros de confianza», la tienda vendía no sólo finos relojes Rolex y Longines, de oro y acero, sino un extenso surtido de sortijones para caballeros, de oro 18K y topacio; yugos en los más finos estilos; gran variedad de hebillas y pasadores... todo ello anunciado como oferta navideña... «no importa las cifras que alcance su presupuesto. Un presente para cada posibilidad económica y un objeto para cada gusto. Además... su regalo llevará impreso el tradicional prestigio de la firma».
    El sólo hecho de que —al igual que Tiffany, en Nueva York, o Cartier, en París—, Cuervo y Sobrinos grabara su nombre en las esferas de los relojes junto al productor de los mismos, ya da cuenta del prestigio y solidez que alcanzó la empresa habanera, sobre todo en las décadas de 1940 y 1950.
    Precisamente esa «doble marca» confiere hoy garantía y rareza a los ejemplares conservados por coleccionistas, verdaderas joyas no sólo por la exactitud mecánica sino también por la belleza de diseño y formas. No en balde se les califica de «clásicos», por sus exquisitas características que denotan elegancia e imponen un style que trasciende el tiempo y la moda.

NUEVA ÉPOCA
    Quiso el azar que una empresa italiana, con experiencia en la relojería anticuaria, descubriera la remota existencia de Cuervo y Sobrinos y se hiciera de la antigua marca, extinta hace tantos años.

Nueva tienda Cuervo y Sobrinos en el Centro Historico de La Habana, a pocos pasos de la Plaza de San Francisco.
Tras una rigurosa investigación, en el caveau de la antigua joyería, los nuevos dueños descubrieron un pequeño grupo de mecanismos de época, intactos, pues nunca se habían montado.
    Ello permitió recuperar la prestigiosa marca mediante una partida de elegantes modelos que evocan —de manera singular— los famosos cortes de los puros habanos.
    «Espléndidos», «Robustos», «Prominentes»... los nuevos relojes tienen el mismo estilo y calidad técnica de sus antepasados, a lo que se suma ahora esa relación con el placer de fumar, en un intento de sus actuales propietarios porque Cuervo y Sobrinos nunca pierda el sello de su originaria cubanidad.

Interior de la nueva tienda

  Estos relojes se convirtieron en toda una novedad durante el III Festival Internacional del Habano (19-23 de febrero de 2001, La Habana), una de las citas más importantes para los fumadores de puros de todo el mundo. Entonces, la muestra de Cuervo y Sobrinos fue premiada como Mejor Diseño de Stand Modular y, especialmente, Mejor Diseño de Producto.
    A partir de los mecanismos de época que se encontraron, los «nuevos» Cuervo y Sobrinos son frutos de un delicado proceso de elaboración artesanal.Cada caja —por ejemplo— se tornea individualmente en un bloque único de oro y, a continuación, se templa al fuego hasta conseguir la dureza y el brillo necesarios. Luego se les graba al punzón el número que identifica la pieza.
    Las esferas son de porcelana esmaltada, con agujas en oro y el rótulo «Cuervo y Sobrinos-La Habana», también esmaltado. Sus colores varían en dependencia del oro empleado en cada modelo: amarillo, blanco o rosa.
    Las manillas se confeccionaron también artesanalmente; son de piel de cocodrilo, con una hebilla de oro de 18 quilates —en los tres colores antes señalados— y dibujos representativos de la década de 1940 con mallas de granos muy típicos conocidas como «en cañete».
    Del modelo «Espléndidos», nombre que identifica a los cigarros Cohiba más demandados, se elaboraron sólo 82 ejemplares, cada uno en una caja rectangular de 40 x 30 mm, tal y como era la moda en la época y que ahora resurge.
    Les siguen los «Robustos», de estilo deportivo, con caja redonda en una sola pieza de 36 mm de diámetro (serie limitada a 99 piezas). Resalta el Robusto Cronómetro certificado por la C.O.S.C (Contrôle Officiel Suisse des Cronometres), entidad independiente formada por autoridades en la materia.
    Y culmina la lista con los «Prominentes», de buen tamaño como su nombre lo indica (194 x 19,45 mm). Según el concepto de la empresa, diseñado para grandes viajeros, este reloj dispone de dos husos horarios. Aparece sólo en oro y en rosa, con la tapa de la caja cerrada con seis tornillos de oro y la esfera tiene una gráfica con números pronunciados, típica en 1930. En el interior todo el funcionamiento lo controlan dos mecanismos, uno de los cuales se encarga de la precisión del huso horario principal.
    Fabricados a finales de los años 50 especialmente para la firma habanera, ambos mecanismos fueron renovados completamente luego de aparecer en los antiguos almacenes de Cuervo y Sobrinos. Como un detalle especial, los relojes se entregan en un auténtico humidor, la caja climatizada para conservar puros, confeccionada en cedro del trópico o español, sin emplear pegamento alguno ni sustancia química que enrarezca el aroma de los habanos, y con enchapes de oro para evitar la corrosión.
    Todos los modelos llevan, además, un certificado de garantía en una pequeña cartera cosida a mano.
    Al margen de los detalles técnicos, sobresalen en cada una de estas piezas un aroma inconfundible, la mezcla perfecta de un estilo «retro» y el espíritu de los puros habanos.
    Frutos de la combinación de suelo, clima y maestría, estos últimos también son obras artesanales de altísima calidad, piezas únicas de reconocido valor y con un estilo que jamás se perderá: el de la paciencia y la elegancia.
    Si el tiempo es, a fin de cuentas, aquello que miden los relojes, y su fugacidad pudiera expresarse mediante la figura de una voluta de humo, con el resurgir de la marca Cuervo y Sobrinos pudiera demostrarse también que «tiempo» significa la eterna duración de las cosas.

Este curioso ejemplar exhibe la inscrpcion FAPLA ( Fuerzas Armadas para la Liberacion de Angola), el stock de relojes almacenado, fue expropiado junto con la tienda, luego, en los 70, cuando  el gobierno cubano envio las primeras tropas a la guerra de Angola, proveyo a los oficiales con estos relojes marcandolos con la inscrpcion. En este caso ,el tamaño de la esfera y de los numeros facilitaban su uso militar.

jueves, 23 de junio de 2011

Entrevista de Billboard Magazine a Silvio Rodriguez





Judy Cantor-Navas
Billboard Magazine
Entrevista a Silvio Rodríguez

-¿Por que le parece importante tocar en los Estados Unidos, después de todo este tiempo y después de las barreras que se han puesto para usted y otros artistas cubanos? ¿Que significa para Ud. personalmente, profesionalmente, y quizás, para la música cubana en general y, más allá, para las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos?

Por los Estados Unidos ha pasado prácticamente toda la música del mundo. Me veo como un músico más, de tantos que han ido por allá. Cuando yo era joven dibujaba historietas y uno de mis referentes era la revista MAD. No sé si será posible encontrar ejemplares de principios de los 60, cuando esa revista contaba con un fabuloso equipo de ilustradores como Jack Davis, Don Martin y Wallace Wood. Entre ellos también estaba Prohías, un cubano genial. Nunca fui a la costa del oeste y siento curiosidad por conocer esa zona, que fue parte de México. He escrito dos discos donde aparecen ángeles y me gustaría conocer la ciudad que se llama así. A nivel político entre los dos países, veo mi visita como un paso de avance, porque hacía 30 años que no me daban visa. Ojalá las relaciones avancen siempre en la dirección del respeto mutuo.

-¿Aquí en los Estados Unidos, se ve el hecho de que el gobierno norteamericano ha otorgado un visado a Silvio Rodríguez de manera muy simbólica - es decir, aunque hemos disfrutado de los conciertos de otros músicos cubanos últimamente, su gira es la que ´rompió el hielo´ de manera definitiva. ¿Aparte del deseo propio de hacer esta gira, Ud. siente una responsibilidad de 'abrir caminos' para otros músicos y artistas cubanos en los Estados Unidos?

No sé hasta qué punto eso podrá ser cierto, porque últimamente han viajado algunas orquestas, jazzistas e incluso trovadores. Pienso en Los Van-Van, en La Charanga Habanera, en Roberto Carcassés, en Carlos Varela. Hoy salió que le habían otorgado la visa al grupo Mezcla, de Pablo Menéndez, un norteamericano que vive en Cuba hace 40 años. Me parece muy bien que esto pase y también me gustaría mucho que los músicos norteamericanos fueran a Cuba más a menudo.

-¿Le parece injusto que los artistas cubanos no pueden ser pagados para sus conciertos de manera normal y corriente bajo la ley de los Estados Unidos?

Por supuesto que me parece injusto. Y todavía me parece más injusto que los cubanos no podamos usar lo que hemos ganado con trabajo honrado, porque si un banco norteamericano comprueba que resides en Cuba, confisca tu dinero en dólares, aunque no lo hayas ganado en los Estados Unidos.

-¿Durante las últimas décadas el embargo de los Estados Unidos ha afectado su carrera de manera directa? (De manera económica o artística)

Hace 20 años yo impulsé la creación de tres estudios de grabación. Para hacerlos ayudé con lo que había ganado en conciertos fuera de Cuba. En aquel momento pudimos traer algún equipamiento de Inglaterra y de otros lugares de Europa. Después, cuando quisimos comprar piezas, resultó que muchas eran norteamericanas y se negaron a vendérnoslas, por miedo a sanciones económicas. Si un cubano compra un software norteamericano se lo venden, pero cuando necesita actualizarlo le sale un cartel que dice que las leyes de los Estados Unidos no lo permiten. Este año sólo podrán entrar dos alumnos de piano en cada escuela de música cubana y, en algunas, sólo uno. Eso es por los ajustes económicos que nos impone el bloqueo. Hay un tipo de sillas de ruedas para niños discapacitados que no podemos comprar directamente, por ser patentes norteamericanas. Pagarle a otros para que nos las compren nos duplica o triplica el coste. Cualquiera en mi país tiene mil historias parecidas sobre el bloqueo.

-Parece que esta nueva apertura para los músicos cubanos en los Estados Unidos (no como otras veces) puede seguir para el futuro predecible. ¿Como piensa que este intercambio puede afectar a la música cubana a largo plazo (en términos de ser más influenciados por la música americana por ejemplo)?

La música cubana ha demostrado ser indeleble, porque ha tenido muchas influencias y siempre ha conservado su esencia. Cuando el trío Matamoros estuvo grabando en New Jersey, en los años 30, absorbieron influencias armónicas, pero su son siguió siendo son. Cuando llegaron las Jazz Band a Cuba, Pérez Prado las puso a tocar mambo y Benny Moré las puso a tocar montunos. El blues influyó también al bolero cubano, pero nunca lo descaracterizó. Yo creo que es bueno que las músicas se junten porque de esos contactos siempre salen cosas interesantes. Gillespie decía que Chano Pozo le puso rumba al jazz norteamericano.

-Su canciones tienen cada una su propia mensaje, ¿Pero cual es el mensaje general que quisiera transmitir a las audiencias estadounidenses durante esta gira?

Realmente no me planteo esta visita en términos de un mensaje especial. No creo ser un arquetipo artístico, mucho menos político. De las muy variadas formas de música que se hacen en Cuba, yo hago trova, que es como decir una canción poética. Y dentro de la trova, me veo como uno de los muchos que hubo y que hay. Si he logrado cierta voz propia es porque he trabajado duro y he tratado de superarme, como lo hacen muchos otros artistas. Quizá me gustaría que pensaran que soy un vecino que viene a compartir su espíritu; alguien que viene con sentimientos de amistad y espera lo mismo.

-¿Después de los años, y de todas las experiencias de su carrera y su país, sigue creyendo que un mundo mejor es posible, y que la música tiene el poder de cambiar las cosas?

La música y la poesía no tienen tanto poder como uno pudiera imaginar a los 20 años. Pero sin dudas tampoco son nulas o inútiles. La poesía y la música pueden ser muy influyentes en la conducta humana, porque pueden ser reveladoras, lo mismo a nivel cognoscitivo que a nivel sensorial. El arte mejora a las personas, de eso no tengo dudas, y son las personas las que pueden cambiar el mundo. Hay que dar mucho arte a la gente, para que las personas estén lo mejor inspiradas a la hora de tomar decisiones. De esta forma un mundo mejor estará más cerca de ser posible.

-¿Tiene recuerdos de un momento especifico en lo cual sentía el poder de una canción?

Una canción que escuché en una película, hace 10 años, me hizo dejar de fumar. Una canción mía consiguió que convirtieran en museo a un tren que estaba abandonado en un suburbio de una ciudad.

-Ud. tiene su propio estudio de grabación, Estudios Ojalá. ¿Como funciona el estudio, que tipo de actividad suelen tener allí? ¿Se limita al proyectos suyos, o es un estudio abierto a otros músicos?

Ojalá se construyó en las dos habitaciones superiores de una pequeña casa. Yo aporté la tecnología y los instrumentos y el estado financió la remodelación. Yo lo dirijo, pero los estudios son propiedad estatal, como casi todo en Cuba. Hace sólo dos días Omara Portuondo y Chucho Valdés estaban grabando su segundo disco juntos. El primero también lo grabaron allí. A Chucho le gusta nuestro piano, un Steinway & Son que trajimos de Hamburgo. En él se grabó la integral de piano de Harold Gramatges, cuando aún vivía. Leo Brouwer grabó una parte de “Homo Ludens” con nosotros. Más del 60% de las grabaciones que hacemos son donaciones. Hemos podido ayudar a alumnos de las escuelas de música que necesitan enviar demos a los concursos; también a trovadores sin casas disqueras, o a intérpretes que nunca habían grabado un disco. Nuestro estudio se llama Ojalá, también por ser alternativo.

-¿Que efecto le parece que ha tenido la creación de más estudios de grabación y el acceso a nueva tecnología de grabación en la última década ha tenido sobre el sonido de la música cubana?

Aunque el acceso a las nuevas tecnologías no lo hemos tenido fácil, el beneficio que veo es el hecho de que existan todas esas grabaciones que hemos podido hacer. Entre ellas hay algunos premios Granmys, y también premios de Cubadisco, grabados lo mismo en los estudios Abdala que en los estudios Eusebio Delfín (de la ciudad de Cienfuegos), o en los estudios Ojalá. Cuando dentro de 100 años alguien escuche grabaciones de estos tiempos, algunas serán las que hicimos nosotros. Estos resultados son para mí el mejor premio, porque yo perdí muchas canciones por no tener cómo grabarlas.

-Acaba de empezar la feria Cubadisco....¿le parece que esta nueva apertura de los Estados Unidos a los artistas cubanos puede impactar positivamente a la música cubana? Por otro lado, le gustaría ver a más artistas americanos tocando y grabando en la Habana? ¿Le parece que esto seria posible en un futuro próximo?

Entre los músicos norteamericanos y los cubanos siempre ha existido admiración e incluso apoyo. Cuando a fines de la década del 70 ocurrió el Havana-Jam, ellos dejaron una mesa de sonido que la Empresa de grabaciones de Cuba (EGREM) usó durante años. Mucho después, cuando estábamos haciendo las primeras grabaciones en Ojalá y en Abdala, tuvimos a un entusiasta colaborador norteamericano, el ingeniero de sonido John Fausty, que nos enseñó secretos de la tecnología que acabábamos de adquirir. Ojalá aprueben que los norteamericanos puedan viajar normalmente a Cuba, eso incrementaría mucho los contactos y creo que ambas partes nos beneficiaríamos.

-Ud. acaba de estrenar su propio blog – por qué escribir un blog?

Lo hice porque estaba de visita en el blog de un trovador venezolano y vi un letrero que decía ¿quiere hacer un blog? Me metí y cuando vine a ver tenía un blog propio. Yo no sabía muy bien en qué consistía y me he ido dando cuenta poco a poco. Lo lamentable es que a veces, por el trabajo, pasan días y no hay tiempo de escribir nada. Uno trata de decir cosas que tengan sentido, pero sin exagerar, porque entiendo que el blog es un lugar para estar en confianza, como entre amigos. Es un lugar donde uno puede jugar a Dios, porque puede poner y quitar lo que decida. Yo no he sido capaz de suprimir ni un solo comentario adverso, que los hay. He resultado ser un diosito bastante democrático.(*)

-En su último disco, hay reflexiones sobre la realidad cubana actual. Muchas veces se ha descrito a usted "La voz de la revolución" cubana -- se sienta comodo con esta descripción?

Para nada. La voz de la Revolución cubana es Fidel. Y, cantando, lo fue Carlos Puebla. Yo comparto los principios que fundamentaron la Revolución. O sea, la respeto y podría decir que la siento como parte entrañable, porque me hice hombre aprendiendo de la Revolución. Fui miliciano con 14 años, cuando el desembarco por Bahía de Cochinos. Con 30 partí a ayudar a los angoleños, cuando la Sudáfrica del apartheid los invadió. Esas vivencias me dictaron canciones de combate, pero si Ud. revisa mi repertorio no encontrará loas adulatorias ni fanatismo. Nunca he tratado de escribir panfletos políticos; el gusto que tengo por la poesía no me lo permite. Me siento comprometido con la dignidad de mi pueblo, que ha pasado mucho sin doblegarse. Y también tengo un espíritu bastante autocrítico.

-He leído que tocó en Nueva York por última vez en 1978. Bajo que circunstancias se organizó ese concierto?

Lo organizaron las brigadas “Antonio Maceo” (jóvenes cubanos que cuando niños fueron llevados a los Estados Unidos) y “Venceremos” (norteamericanos amigos de Cuba). Fue en Broadway, en un teatro llamado Minskof, que en julio de 1978 estaba acabado de remozar. El auditorio estaba completamente lleno y el público pedía canciones por sus títulos . Yo no entendía cómo eso podía estar pasándome en los Estados Unidos. Año y medio después, en febrero de 1980, volví a cantar en Nueva York, en la Brooklyn Academy of Music. Esta vez iba con Pablo Milanés. Fue una noche en que nevaba mucho y eso nos retrasó dos horas. Nos llevamos una gran sorpresa cuando llegamos, pasadas las 11, y descubrimos que el teatro lleno aún nos esperaba.

-¿Con cual artista americano le gustaría compartir el escenario? ¿Habrá posibilidad de que se verá algún invitado en el escenario en Carnegie Hall?

Conozco a Barbara Dane, que hace 40 años publicó el primer disco de mi generación en los Estados Unidos, en un sello llamado ―imagínese― Paredón Records. Conozco a David Byrne, que hace 20 años tuvo la gentileza de publicar una antología de mis canciones. También conozco a Pete Seeger y a Harry Belafonte, de quienes guardo enseñanzas inolvidables. Lo cierto es que no me gusta estar molestando a las personas. Así que lo más probable es que cante con mis compañeros, que también son muy buenos músicos. Se trata del trío de cuerdas pulsadas Trovarroco, el baterista y percusionista Oliver Valdés, y la flautista y clarinetista Niurka González. No se los pierda, que son muy buenos.

19 de mayo de 2010.

(*) A partir de agosto o septiembre de 2010 tuve que monitorear el blog, por el carácter soez de algunas manifestaciones. (SRD)

miércoles, 15 de junio de 2011

La lamentable historia del grupo de artistas cubanos ARTECALLE

por Maldito Menendez

ARTECALLE, del año 86 al 88 y se caracterizó por las pintadas y murales en las calles y performances e intervenciones en espacios públicos y culturales. La segunda etapa fué como del 88 al 89 y consistió en performances y exposiciones colectivas en los que participaron todos los miembros menos yo. La última y menos conocida etapa fue como A. C del 89 al 90,  la reunificación de todo el grupo en un gran proyecto multimedia que fué censurado y los textos pintados en las calles como protesta a dicha censura.
El grupo Artecalle se fundó en junio de 1986 en mi casa de la calle Sitios, en Centro Habana. Un grupo de amigos y estudiantes de tercer año de 23 y C( Escuela Elemental de Artes Plásticas "20 de Octubre") nos reunimos para ver el video de una película sobre break dance y graffiteros en New York. Comentando la peli surgió la idea de formar un grupo para hacer pintadas y protestar por el hecho de que los estudiantes de arte no podían exponer en los espacios estatales( los únicos espacios que existían en esa época ), ni participar en ningún evento artístico, pues no se nos consideraba artistas. Esta situación cambiaría rápidamente en los meses posteriores gracias al trabajo de grupos como Puré, Provisional y Artecalle( Los miembros de estos grupos estaban formados por estudiantes del ISA, la ENA, San Alejandro y la Escuela Elemental de 23 y C ) y de algunas exposiciones colectivas, como "Estrictamente Personal", muestra personal de Rubén Torres Llorca dónde permitió que varios estudiantes de artes participaran con sus piezas, como parte de su propia obra.


Pero es justo decir que fuimos el grupo Artecalle los primeros en protestar sobre esa política cultural que discriminaba y limitaba a los estudiantes de artes. Lo hicimos en nuestro primer trabajo, el mural de la Playa de 16, con un texto que decía: "NO NECESITAMOS BIENALES, NOSOTROS TENEMOS EL ESPACIO". Fue un mural muy polémico ya que en ese entonces se estaba preparando la Bienal de La Habana y cuando apareció el mural en La Playa de 16 la gente pensó que era obra de algunos pintores que habían quedado fuera de la selección oficial de participantes cubanos a la Bienal. Nadie podía imaginar que los verdaderos autores eran estudiantes de entre 14 y 15 años. La noticia de que había unos artistas "renegados" pintando en las calles prendió como la pólvora en la capital y, en mi opinión, fue gracias a esa reacción que los integrantes del grupo tomamos consciencia de que teníamos algo serio entre manos y decidimos continuar trabajando.
Recuerdo que mi padre, el pintor y escritor Aldo Menéndez González, era por ese entonces asesor del Consejo Nacional de Artes Plásticas y fue muy divertido y revelador para mi escucharlo comentar en casa las reuniones del Consejo dónde los caciques y "expertos" del arte cubano  hacían todo tipo de cábalas tratando de adivinar quién diablos eran esos Artecalle( mi padre tampoco lo sabía, eso era lo más divertido ). Así fue como descubrimos una verdad que se convertiría en nuestra principal táctica de trabajo: el escenario del arte cubano era igual que el mundo de los adultos, si queríamos hacer algo atrevido no podíamos pedir permiso, porque seguramente nos lo negarían; era mejor actuar clandestinamente y que después saliera el sol por dónde fuera; total, ¿qué podían hacernos a unos adolescentes que aún llevábamos pañoleta? En realidad podían hacernos muchas cosas, como pudimos comprobar más adelante, pero eso aún no lo sabíamos.
En aquél primer trabajo en la Playa de 16 participamos Ofill Hechevarría, Leandro Martínez, Ariel Serrano, Erick Rojas, Irán Plata, Ariel Cancio, yo y otros estudiantes de 23 y C que ya no . A partir de Septiembre de 1986, cuando empezamos el primer año en la Academia de Bellas Artes de San Alejandro, el grupo se fue reduciendo a los miembros más comprometidos con el proyecto, Ofill, Leandro, Serrano y yo y añadimos a cuatro personajes nuevos: Ernesto Leal, Erick Gómez, Iván Alvarez y Pedro Vizcaíno.


En Cuba no se conseguían pinturas en sprays; nuestros murales estaban hechos con brochas, pinceles y aplicando el tubo de pintura directamente sobre la pared para dibujar y el resultado era muy diferente de los graffitis de Estados Unidos. De esa forma hicimos murales y pintadas, entre 1986 y 1987, en la Torre del Cocinero, en 26; en el Parque Fe del Valle,en Centro Habana; en Zapata, frente al cementerio de Colón( otro mural polémico a causa del texto: EL ARTE ESTÁ A POCOS PASOS DEL CEMENTERIO; en la Plaza Vieja( mural conjunto con el grupo Provisional  ); en la calle, frente al Museo Napoleónico;  y en la calle Milagros, en un barrio de la Víbora,entre otros. Estos dos últimos trabajos encajan mejor en la definición de happenings que en la de simples murales, dada la significativa participación del público y otras acciones que sucedían a la par que se pintaba.
También con espíritu de happening fue concebida la expo por una sola noche "OJO PINTA" , en la Sala Talia, el 11 de enero de 1988. Este fue el último trabajo del grupo, en su primera etapa. Consistió en una paradodia de las típicas inauguraciones de pintura, pero sin un solo cuadro en las paredes, tan solo una oca que nos prestó una vecina de Ofill y que se pasó la noche cagándo por toda la galería y las intervenciones de Abdel Hernández( se acostó a leer un libro sobre una colchoneta, en una esquina de la galería, con los pies atados y un texto que decía algo así: "Si quieres hablar de arte, desátame". ) y del grupo Provisional( performance músical llamado "Rock Campesino" que consistió en una descarga loquísima de los miembros de Provisional, vestidos con guayaberas e instrumentos tradicionales de la música campesina. ). La idea general era probar que a las inauguraciones el público acudía a beber, conversar y relacionarse, todo menos a ver las obras. Era una burla a las galerías y espacios artísticos tradicionales y a la política cultural oficial que promovía la desfasada pintura de salón, heredada de la tradición burguesa, antes que al verdadero y nuevo arte revolucionario.



Esta tendencia a compartir los espacios y actuaciones con otros colegas y amigos, fue otra característica significativa del grupo en todas sus etapas. Artecalle tuvo fans, groupies y colaboradores de todo tipo. Compañeros de estudios, novias, amigos punkies y frikis( se les llamaba así a los rockeros, por una pandilla famosa que hubo en La Habana entre finales de los 70 y principios de los 80 ) de la calle nos seguían y nos ayudaban en todo lo que podían. Pero sobre todo debo señalar  la estrecha relación con algunos colegas que, pese a ser artistas individuales conocidos, como es el caso de Nicolás Lara, Abdel Hernández, Nilo Castillo, Glexis Novoa y Carlos Cárdenas( Glexis y Carlos eran del grupo Provisional ), entre otros, colaboraron con nosotros en muchos de nuestros trabajos, compartiendo muros, espacios y aventuras, por pura empatía, solidaridad y placer creativo. Ese espíritu comunal y desinteresado que se respiró durante el breve tiempo que duró la movida del arte cubano de la segunda mitad de los 80, fue un indicio de un nuevo tipo de arte, verdaderamente revolucionario, libre de las ambiciones y egoísmos que la competitividad del arte comercial produce, que se estaba fraguando en Cuba y que fue abortado brutalmente por la propia revolución o, mejor dicho, por la propia contrarevolución en el poder.
El performance más conocido del grupo, en su primera etapa, fue la intervención que ejecutamos en la Sala Martínez Villena de la UNEAC, a finales de 1987, durante una conferencia-debate sobre el concepto de arte. Acudimos con máscaras antigaces( que nos presto el profe de Preparación Militar de San Alejandro. Fue el único provecho que sacamos de esa asignatura ) y batas blancas y ropas con el texto pintado: ARTECALLE EXPERIMENTO: NO QUEREMOS INTOXICARNOS( fig 10 ). También repartimos un volante, especie de manifiesto que explicaba el performance y un cuestionario para que rellenara el público. Al final del debate sacamos unas pancartas y nos colocamos detrás de los críticos y profesores que formaban el panel. Las pancartas decían: ARTE O MUERTE, VENCEREMOS; EN CARETAS CERRADAS NO ENTRAN MOSCAS( esta la colocamos sobre Gerardo Mosquera ); SEPAN SEÑORES CRÍTICOS DE ARTE QUE NO LES TENEMOS ABSOLUTAMENTE NINGÚN MIEDO( parodia de la valla frente a la Oficina de Intereses de EU en Cuba ); entre otras( ver video en 2 partes "Viva la Revolu", documental sobre Artecalle dirigido por Pablo Dotta, de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños)
En 1988 el Ministerio de Cultura nos propuso participar en la nueva edición de la Bienal de la Habana con un mural dentro de uno de los espacios del evento; creo que se habló del Pabellón Cuba. Recuerden que el primer mural del grupo Artecalle, realizado en la Playita de 16, incluía un texto que fue muy polémico: "No necesitamos bienales, nosotros tenemos el espacio". Interpretamos aquella oferta como una artimaña política para comprarnos y oficializarnos y de esa forma neutralizarnos. Era una maniobra que ya habían usado antes con otros artistas e intelectuales rebeldes, en especial con los músicos de la Nueva Trova. Por esa razón convocamos una reunión, que se celebró en el Parque de los Pankis(punkies), como le llamábamos al parque de 23 y Paseo, con representantes de los principales grupos y colectivos artísticos de La Habana, es decir, Puré, provisional, Pilón, San Alejandro, la ENA, el ISA, la Escuela de Diseño, la Universidad y el taller René Portocarrero, principalmente. Recuerdo claramente la presencia de Abdel Hernández, Tania Bruguera y Lázaro Saavedra, que se había separado de Puré hacía muy poco. En dicha reunión, explicamos el asunto de la Bienal y anunciamos la disolución del grupo como medida preventiva para evitar que en el futuro pudiéramos caer o ceder ante nuevos intentos de manipulación oficial. Nuestra propuesta a los allí reunidos fue que ya era hora de que dejáramos de ser pequeños grupos separados por tendencias estéticas y nos convirtiéramos en un movimiento organizado que pudiera enfrentar el diálogo con el Sistema de modo más efectivo y menos vulnerable. Para ello, ofrecimos el término Artecalle para bautizar al movimiento, ya que ese nombre era el único que había trascendido el mundillo artístico cubano y estaba en boca de toda la población, no solo en La Habana. Nuestra idea era que si estábamos unidos, no les sería tan fácil comprarnos y dividirnos como por separado. No éramos los únicos ni los primeros en intentar algo así; en esa época se celebraban muchas reuniones y debates en casas particulares y centros "aliados", como la Fototeca de Cuba, con el objetivo de coordinar una estrategia común ante las instituciones culturales y el gobierno, pero, desgraciadamente, a la mayoría le faltaba madurez ideológica y cojones y les sobraba mucho afán de protagonismo; muy pocos intuían la gravedad de lo que se avecinaba y se tomaban las cosas como un juego. Las reuniones se quedaron en reuniones y las propuestas en propuestas; por eso nos vencieron, menos de un año después, pero esa es otra historia.


El caso es que Artecalle se disolvió; yo empecé a realizar obras en solitario, como el performance del Indio(Rauschenberg en el Museo Nacional), La Última Obra de Arte (intervención en la UNEAC) o el Reviva la Revolu(facultad de Filología y Museo Nacional), y el resto del grupo llevó a cabo varios trabajos, bajo el nombre de , como los performances que hicieron en el Paseo del Prado y en No por mucho madrugar amanece más temprano (expo en la Fototeca de Cuba) o el famoso Somos de oro( se pintaron de dorado y se sumergieron en la bahía de La Habana, frente al Centro de Artes Plásticas y Diseño. El panfleto decía varias frases como: "Síganos, somos de oro"; "Oro parece, plata no es. Easy shopping". Para mí fue el mejor trabajo que hicieron en esa etapa, contenido político y estructura conceptual en perfecta armonía ). Todos seguíamos siendo amigos y nos veíamos casi a diario y colaborábamos e intercambiábamos ideas y opiniones, pero trabajábamos por separado.

Con todo, el trabajo más conocido de fue la expo NUEVE ALQUIMISTAS Y UN CIEGO, en la sala Talía. Para saber más sobre esta muestra, visiten el siguiente enlace al blog LOS LIRIOS DEL JARDÍN, de Rafael López Ramos, dónde aparecen un par de post que explican muy bien aquellos sucesos que trascendieron lo artístico, convirtiéndose en un incidente socio político, hasta el punto de que el propio Fidel Castro hizo referencia a este en uno de sus discursos( desde luego, no fue hablando flores ).
La última etapa de Artecalle, es la menos documentada y conocida del grupo porque fué la más censurada y reprimida por el Ministerio de Cultura y Seguridad del Estado. Habían pasado tres años y los miembros del grupo teníamos mayor madurez artística y política; estábamos desencantados con la realidad del país y nuestro discurso era mucho más crítico y grave, no ya desde el punto de vista rebelde, pero optimista e ingenuo, de los inicios, sino desde la mirada de unos jóvenes artistas totalmente conscientes de que la corrupción y la represión imperantes no eran producto de accidentes y errores indeseados en el proceso revolucionario, sino efectos directos y deliberados de un régimen dictatorial.
A  finales de 1988, Ofill Hechevarría comenzó a utilizar elementos del espectáculo musical en sus performances y grabaciones musicales y su aventura influyó mucho en que se nos ocurriera reunificarnos para el  proyecto Artecalle en Concierto: El Regreso de Nosotros, en el Teatro del Museo Nacional de Bellas Artes; un show multimedia que parodiaba las reunificaciones de viejas bandas de rock, utilizando elementos del lenguaje musical y teatral para exponer y/o criticar diversos aspectos de la realidad cultural y socio política del país. Desde los inicios del grupo, nuestro espíritu había sido más parecido al de una banda punk que al de un grupo de arte y ahora que Ofill había comprobado que no era necesario ser músico para tener una banda, nos lanzamos de lleno.
En 1989 solicitamos autorización para utilizar el teatro del Museo Nacional de Bellas Artes para hacer nuestro concierto. El proyecto fue aprobado, a condición de que fuera "supervisado" paso a paso por "curadores" del Museo. Era algo que ya teníamos previsto que ocurriera y por eso ensayábamos en el teatro el sonido, los proyectores y otros elementos inofensivos del guión, por el día y por la tarde ensayábamos los textos, las letras de las canciones y demás elementos conflictivos del concierto, en el penthouse del edificio Naroca, en el Vedado( el piso pertenecía a la familia del David, un punkie amigo nuestro. Allí también ensayaban a veces el grupo de rock Monte de Espuma, autores del tema ESE HOMBRE ESTA LOCO, que fue célebre en su momento porque todo el mundo creía que estaba dedicado a Fidel Castro ). La idea era engañar a la dirección y los curadores del Museo con un falso e inocuo guión y el día del estreno soltar la verdadera bomba que habíamos preparado.
No sé si habían micros en el penthouse del Naroca o si los caciques del Museo eran más astutos de lo que parecían o si fue un chivatazo, pero el caso fue que, a pocos días de la noche del concierto, nos pidieron que realizáramos un pre estreno para un jurado selecto, cuyos nombres no quisieron darnos, que juzgaría si el concierto era apto para el público cubano. Fue un golpe que nos cogió de sorpresa y como no nos daba tiempo para preparar y ensayar un falso concierto que fuera convincente y, además, estábamos seguros de que fuera lo que fuera que presentáramos, aquél jurado secreto nos lo vetaría, decidimos negarnos rotundamente, alegando que dicha petición nos recordaba mucho a un tribunal de la Santa Inquisición, lo cual era cierto.
Ante nuestra negación a pasar por la censura de un grupo desconocido de "especialistas", la dirección del Museo canceló el concierto, pero nosotros nos dedicamos a llenar las calles de carteles y bolas (rumores ) anunciando el concierto. Si nos iban a censurar, al menos queríamos que todo el mundo se enterase cuándo acudieran a la cita. El Museo anunció la cancelación en la radio y en la prensa( pequeñas notas o avisos justificando problemas técnicos, según el procedimiento habitual para censurar conciertos problemáticos, como los del grupo de rock Venus o los del trovador disidente Pedro Luis Ferrer ), pero nuestro poder de convocatoria era mucho más fuerte, ya que la gente confiaba más en el boca a boca que en los medios oficiales. Nunca se me olvidará una tarde que sorprendimos a la secretaria de Marcia Leiseca, la Vice Ministra de Cultura, bajándose de un Lada estatal, con chófer, para arrancar nuestros carteles en una calle del Vedado. Ahí se nos ocurrió otra idea.
Vísperas de la fecha señalada, acudimos a la sede del Consejo Nacional de las Artes Plásticas para pedirle a Marcia Leiseca que nos permitiera hacer el concierto. Por supuesto, la Vice Ministra se negó educadamente, algo que ya teníamos previsto. Al salir de la entrevista sacamos las herramientas de las mochilas( para poder grafitar con rapidez y salir corriendo, preparamos unos artilugios con botes plásticos llenos de pintura negra, con esponjas comprimidas en las bocas, que funcionaban al presionarlos sobre una superficie dura, como una pared ) y pintamos velozmente un cartel que decia: ARTE CALLE, CENSURA, acompañado de nuestro nuevo logo. Cuentan las malas lenguas que a Marcia le dio un soponcio cuando, al terminar su jornada, salió del edificio y descubrió el enorme cartel, que ya llevaba un buen rato a la vista de cualquier transeúnte.
Durante ese día y el siguiente nos dedicamos a sembrar las calles del Vedado con carteles de Artecalle. En el muro de Zapata y C, dónde nos habían tapado el mural de EL ARTE ESTA A POCOS PASOS DEL CEMENTERIO, pusimos en negro la palabra VENGANZA; tachamos muchos mojones del Vedado con el logotipo o con las siglas A.C. y muchos lugares de esa zona, entre ellos los cristales de los ventanales de la planta superior de la histórica y concurrida heladería Coppelia, centro de reunión de todas las tribus urbanas de La Habana. Al día siguiente, la bola en toda la ciudad era que habían aparecido unos carteles que decían Abajo Castro( A.C. ).
Para ver fotos y videos de aquellos carteles y sucesos, diríjanse a la Biblioteca Nacional de Villa Marista, allí deben tener maravillas. Nosotros estábamos demasiado ocupados en que no nos pillaran cómo para demorarnos haciendo fotos. Si You Tube y Facebook hubieran existido en ese tiempo, seguramente nos habríamos arriesgado, pero en esa época la posibilidad de publicar ese tipo de fotos era casi nula y revelarlas en cualquier estudio era peligroso.
Agentes de Seguridad del Estado, vestidos de paisano, nos detuvieron en la tarde del segundo día, en L y 23 y nos condujeron a la fuerza( cada vez que me acuerdo siento el dolor en el brazo que me torció un gorila durante varias cuadras ) hasta un pequeño control del PNR, rodeados de una muralla de policías que evitaban que nadie pudiera ver lo que estaba pasando. Cuando llegamos, los del Minint ordenaron que liberaran a todos los detenidos que había y les prohibieron a los policías que hablaran con nosotros. Dijeron que eramos contrarevolucionarios muy peligrosos, lo cual provocó más de una mirada de incredulidad entre los policías. ¿Han visto las pelis norteméricanas en las que el FBI se inmiscuye con prepotencia en los asuntos policiales? Bueno, allí pasaba lo mismo entre el Minint y el PNR; se ve que ambos cuerpos se despreciaban.
Luego de varias horas incomunicados, sin siquiera darnos agua, llegaron unos tipos con cámaras de video y nos grabaron a bocajarro, como si fuéramos fenómenos de feria. Horas más tarde, ya caída la noche, comenzaron los interrogatorios. A mi me tocó un blanco corpulento y con barba, vestido con uniforme verde, pero sin grados ni emblemas de ningún cuerpo, que se daba un aire a Fidel Castro al principio de la revolución. Preguntaba las mismas mierdas una y otra vez, ¿Porqué lo hicieron? ¿Quienes los ayudaron o lo sabían? ¿Alguien del Ministerio de Cultura los animó? ¿Qué querían decir? ¿Es un problema con Cultura o con la Revolución? etc, aunque con un aire retórico, como si supiera de ante mano todas las respuestas.
Más tarde llegó Rudy, "El Arquitecto", como le llamábamos; un oficial de Seguridad, rubio, medio calvo y grandote , tipo Chuck Norris, que vestía siempre vaqueros y camisas y guayaberas blancas y parecía un agente de campo de la CIA en una calurosa república bananera. Era el encargado de "atender" a los artistas jóvenes y problemáticos y debía ser un oficial de éxito, porque su lenguaje era educado y su onda suelta y comprensiva, a diferencia de los burdos tarugos con camisas a cuadros, como aquél que le metió un galletazo a Serrano en 9 Alquimistas y un Ciego.
Rudy interpretó a la perfección su papel de poli bueno, acompañándonos hasta la calle en plan salvador y nombrándonos la de hilos que había tenido que mover para liberarnos. "Esta gente_ nos dijo_ no creen ni en su madre; son unos bestias y me han asegurado que a la próxima gracia ustedes van presos de verdad". A la noche siguiente se pasó por mi casa para hablar con mi padre y "saludarme" y convencerse de que el grupo no estaba planeando ninguna represalia. Creo que a eso le llaman "seguimiento de un caso". El cabrón tenía clase y encanto y tengo más anécdotas suyas, pero las reservo para otra ocasión. Pueden verificar su existencia con mi padre, Vizacaíno, Nicolás Lara y otros artistas que trabajaban o eran asiduos del taller René Portocarrero.
Y para que las advertencias no cayeran en saco vacío, poco tiempo después, la mayoría del grupo recibió citaciones para el Servicio Militar Obligatorio, las MTT y la Reserva, según la edad que tuviéramos. Vizacaíno y yo escapamos por la vista; miopía e hipermeotropía, respectivamente. Otros aplazaron la cita continuando los estudios en el ISA y algunos, como Ofill, tuvieron que estudiar libros de psicología y fingir( quizás con tanto realismo que luego nunca volvieron a ser  los mismos del todo ) para convencer a las doctoras de que padecían determinados síndromes y que de esa forma les firmaran la baja del Servicio.
La tarde del 8 de Agosto de 1989, cientos de personas, acudieron a la cita con Artecalle en el Museo Nacional de Bellas Artes. Durante horas, la cola de gente rodeaba el Museo y se extendía más allá. Algunos del grupo nos sentamos en frente, en el parque, a beber una botella y contemplar el espectáculo. Nos habían advertido de que si cruzábamos la calle, Seguridad nos detendría. No lo hicimos y aquella fue la última botella del grupo Artecalle.
Poco tiempo después, cayó Marcia Leiseca y el movimiento del arte joven cubano fue rápida y hábilmente desmantelado. Recuerdo que fui citado, junto a varios artistas y músicos jóvenes, a ver el famoso video de las 8 horas, en el Comité Central del Partido. Era un discurso de Fidel que duraba 8 horas y que fue dividido en varios trozos, según el "gremio" al que hiciera referencia en cada uno. Más que las palabras de Fidel, lo más amenazante de esa tarde fue cuando, al salir de la sala de proyecciones, nos condujeron a un salón decorado con una exposición de Yánes, "el pintor de la corte". Todos los cuadros eran retratos del Ché, Celia y otros héroes de la Revolución. El mensaje era muy claro: "esto es lo que nos gusta, lo que queremos y lo que apoyaremos. Dentro de la Revolución, todo; fuera de la Revolución, nada".

sábado, 11 de junio de 2011

Sony Bravia de plastilina

The Comercial


Link: http://www.youtube.com/watch?v=CLUAbkRUvVQ


The Making


Link: http://www.youtube.com/watch?v=Lz4DF1PpJ1o&feature=related

Comercial de la cerveza Stroh´s Light



Con todo respeto, pero esto es tan bueno que hasta a el le gustaria...


Link: http://www.youtube.com/watch?v=6ftSkj85gXc&feature=related

miércoles, 8 de junio de 2011

10 LPs que me hubiese gustado entrar a una tienda de musica y comprar en ...

 ... 1972


Contracubierta del CD

1973


1975




1976


Contracubierta del CD

1977




1978




1978




1979




1980



Contracubierta del CD

1982


lunes, 6 de junio de 2011

Sibaritas cubanos y placeres dominicanos


Desde la ventanilla del auto el Conde lo observo y sintio la invasion inconfundible de la nostalgia. Verlo fumar, en la soledad apacible del portal, relajado, al parecer satisfecho, era un espectaculo que jamas soño que tuviera oportunidad de disfrutar. En los diez años trabajados a las ordenes de aquel hombre, recio y con don de mando, el por aquella epoca teniente investigador Mario Conde habia visto crecer un afecto especial, mezcla exquisita de diferencias y afinidades, por el hombre del tabaco que, sin contemplarlo demasiado, lo habia hecho beneficiario de su abultada experiencia policial, de las claves de su etica incorruptible y del mas esquivo beneficio de su confianza y de su celosa amistad. Por eso, cuando un equipo de Investigaciones Internas, revestido de facultades policiales y politicas ilimitadas, dictamina que las capacidades de aquel hombre habian mermado y decidieron desmovilizarlo de la polida por el procedimiento de adelantarle la jubilacion, el Conde se habia lanzado al
vacio tras el, en un acto de flagrante solidaridad, y entrego su renuncia, arriesgandose con su actitud a ser considerado sospechoso de alguno de los actos de corrupcion, indolencia y prevaricacion que les habia costado sus puestos y hasta condenas carcelarias a varios investigadores y, por simple responsabilidad vertical, habian puesto punto final al mandato del hasta ese dia impoluto mayor Antonio Rangel.
-El jefe de ahora, ~es mejor que el Viejo? -al fin hablo el Conde, volviendose hacia Manolo, sentado tras el timon.
-Nunca va a haber otro como el. Sobre todo para ti.
-Eso es verdad -dijo el Conde y abrio la portezuela del auto, dispuesto a realizar otro encuentro con su pasado.
Cuando Rangel los vio acercarse se puso de pie. A sus setenta anos conservaba el pecho voluminoso, el vientre liso y los brazos fornidos que siempre cultivo y exhibio con orgullo.
-No lo puedo creer -dijo y sonrio, con el tabaco entre sus labios.
Conde comprobo como la vejez y la distancia de las funciones de mando habian alterado las actitudes de Rangel, cuando se aproximo a ellos dispuesto al abrazo. ~Se habria ablandado el hombre de hierro?
-Huele bien ese tabaco. ~de donde lo sacaste? -quiso saber el Conde.
-Cuando mi mujer haga el cafe te voy a regalar uno... Tengo ahi dos cajas de Leon Jimenes recien llegadas de Santo Domingo. Ya sabes, mi amigo Fredy Ginebra. Y me mando un ron Brugal que esta...
-Eso se llama tener buenos amigos -admitió el Conde-.

La neblina del ayer 
Leonardo Padura

Tradicion cubana en Rep. Dominicana



A mediados del siglo XIX llego a Cuba como militar español el catalán/mallorquín Juanillo Oliver, fundador de la estirpe en la isla caribeña. Al concluir su servicio militar, en lugar de regresar a la península el patriarca de la familia se afinco en el centro de la isla en una zona que mas tarde seria conocida como Oliver, cerca del poblado de Las Placetas. Allí asentó a su familia y se dedico al cultivo del tabaco y la caña de azúcar. En muy poco tiempo tendrían en pie empresas para la explotación de sus cosechas, construyendo trapiches para la molienda de la caña y la producción de azúcares y alcoholes, iniciándose muy pronto en la elaboración artesanal de rones y aguardientes. Tanto los rones como los puros fueron notables en la zona central de Cuba y le dieron fortuna y renombre a la familia. Con el advenimiento de la segunda guerra de independencia y la estrategia insurgente de tierra rasa, los independentistas destruyeron y quemaron las fincas y haciendas productoras, desde Oriente a Villaclara, y así fueron arrasados los trapiches Cubaney en 1898. Con la Independencia la familia abandono las labores de la caña de azúcar, dedicándose al cultivo y la elaboración del tabaco y otras actividades empresariales y agroindustriales hasta 1959 y la llegada de la revolución.

En los años siguientes a 1959 muchos de la familia abandonaron Cuba y sus descendientes se dispersaron por el mundo. A fines de la década de los ochenta, un miembro de las nuevas generaciones regresó a Cuba y su curiosidad lo llevo a sumergirse en la historia familiar que estudio con empeño riguroso. Revisó cientos de legajos y documentos entre los que encontró las formulas originales utilizadas por la familia en el siglo XIX en la producción de sus rones.

Estimulados por el descubrimiento, los descendientes de Juanillo Oliver se comprometieron a hacer renacer el ron cubano y la República Dominicana, por compartir características de clima, topografía, y geología con Cuba, fue escogida como el país ideal para reiniciar la fabricación de los rones de la familia.






A principios de los 90, los Oliver comenzaron a elaborar sus rones en San Francisco de Macorís en República Dominicana. Se contrataron ingenieros y maestros roneros cubanos emigrados, para el asesoramiento y la puesta en marcha de la planta destinada a la producción de rones al más puro estilo cubano. Desde entonces se mantienen los mismos procedimientos, parámetros y formulas establecidas por estos técnicos y se cuenta con el trabajo directo de maestros roneros y técnicos cubanos exiliados, todos con gran experiencia en sus profesiones.

Las primeras soleras de las bodegas se iniciaron con la adquisición de 100,000 litros de destilados y maltas con 15 años de envejecimiento, formando los primeros caldos de soleras de la Casa Oliver, los que constituyen la base de sus rones madres y el origen de los rones que actualmente se embotellan. La reorganización empresarial bajo la denominación corporativa de Oliver & Oliver se efectuó en 1997, transfiriéndose a esta la propiedad de la planta y todos sus activos para su operación posterior.