jueves, 31 de enero de 2013

La Habana: Renacer de las cenizas.




Entrevista al Historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal Spengler



enero 15, 2013

Por: Magda Resik Aguirre

El 2012 la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana mantuvo su notable obra de rescate y preservación del patrimonio, y aquella otra menos visible, pero tan humana y profunda, relacionada con la vida de los pobladores de la capital cubana ¿Cuáles el Historiador nos resaltaría?

Ha sido un año realmente muy importante y el recuento puede comenzar por la línea del Malecón tradicional, para la cual avanza un proyecto renovador. Se culminaron las obras del hotel Terral. El hotel Terral que aporta un elemento moderno a la concepción del desarrollo integral de la ciudad; con un discurso estructural y visual que confirma la posibilidad de insertar una obra con visión contemporánea en un contexto histórico, y lo resuelve bellamente. Lo importante es no solamente la idea de que debe ser así, sino de que sea resuelto con belleza y con armonía.


Hotel Terral en el malecón habanero.
En ese espacio tan singular para la ciudad, se realizó la compatibilización de muchos organismos para garantizar el  soterrado de los principales servicios y protegerlos ante el deterioro ambiental. Muy diversas instituciones respondieron a esta  acción propuesta por la Oficina del Historiador. Debemos sostenerla económicamente y garantizar, cuando sea posible, el establecimiento de las conexiones de redes enteramente nuevas de agua, fibra óptica, electricidad, desechos líquidos, gas… y que se llegue a un grado de goce y disfrute de los servicios que la ciudad aporta, con mucha mayor calidad.


Ese tramo del Malecón representa una tarea muy difícil porque estamos frente a un ecosistema modificado: el agua del mar penetra con más frecuencia, los edificios estaban ya muy dañados, las redes exhibían un estado crítico. Y además, el Malecón es el paseo del mar, pero también es la calle San Lázaro. Todo lo que hacemos por el Malecón tiene una repercusión directa sobre la calle San Lázaro y sobre esa vía, que es una alternativa cuando ese paseo marítimo se cierra a causa de las inclemencias del tiempo.


A veces se nos dice que las obras avanzan lentamente, pero hay que verlas en el contexto de la posibilidad real. Este año hemos tenido la suerte de un invierno mitigado: no se produjeron grandes penetraciones del mar, no han ocurrido días de lluvias continuas que paralicen las obras.

Malecón. Edificios sin restaurar.

Malecón. Edificios restaurados.

En el caso específico del Malecón, cuando empleamos ese término “lentamente”, lo que sí queda claro es que para la inversión en el Malecón no vale la pena maquillar un edificio, sino que hay que trabajarlo de adentro hacia afuera y dejarlo totalmente curado.

Esa es una doctrina para toda la obra que realiza la Oficina del Historiador. Por ejemplo, si  recorres hoy la ciudad – hablando de lo más significativo –, puedes detenerte en el Cementerio de La Habana, la gran necrópolis donde con suma paciencia y dedicación, más de 40 panteones históricos, incluyendo el gran pórtico, han sido terminados.

Capilla del Cementerio de Colon en restauración.
Pero si observas la Colina Universitaria, que es como el ágora de la ciudad, vas a reparar en que para el 60 aniversario de la Marcha de las Antorchas, el próximo 28 de enero – que es además un aniversario redondo del nacimiento de José Martí –, el Rectorado y el Paraninfo quedarán terminados. Será una hermosa noticia para la ciudad, contemplar cómo a ese panorama se unen la Plaza Cadenas,  la Biblioteca y la Facultad de Derecho ya restauradas.

Escalinata y entrada principal de la Universidad de la Habana.
Cualquiera podría decir: si la Oficina del Historiador se encarga más que nada del Centro Histórico de La Habana, a qué se debe que expanda sus acciones, por ejemplo, en un caso tan específico como la Universidad de La Habana.